Hablar de tradiciones navideñas venezolanas es bastante emocionante para los que nacimos en la tierra de Bolívar, y todo esto porque se conjugan un conjunto de símbolos cargados de significados, uno de ellos es sin duda, la comida que se consume, ejemplo de esto: la hallaca. El plato emblemático de la tradición decembrina venezolana; una masa de harina de maíz bien condimentada rellena de sabor y vegetales que se envuelve en una hoja de plátano, que se amarra y se hierve para cocinarse. Esta, representa, además de mucho esfuerzo, la unión familiar, el estar reunidos para llevar a cabo todo el proceso. Por otro lado, otro aspecto bastante llamativo de esta época es que hoy en día por la situación del país, la ola migratoria se ha traducido en un cúmulo de emociones que saltan a la luz en cada venezolano, en épocas donde tradicionalmente se estaría en familia, como diciembre. Por eso el siguiente cuento relata un poco todo lo explicado y me baso para eso en una historia real.. #067 - Tr...
Hablar de tradiciones navideñas venezolanas es bastante emocionante para los que nacimos en la tierra de Bolívar, y todo esto porque se conjugan un conjunto de símbolos cargados de significados, uno de ellos es sin duda, la comida que se consume, ejemplo de esto: la hallaca. El plato emblemático de la tradición decembrina venezolana; una masa de harina de maíz bien condimentada rellena de sabor y vegetales que se envuelve en una hoja de plátano, que se amarra y se hierve para cocinarse. Esta, representa, además de mucho esfuerzo, la unión familiar, el estar reunidos para llevar a cabo todo el proceso.
Por otro lado, otro aspecto bastante llamativo de esta época es que hoy en día por la situación del país, la ola migratoria se ha traducido en un cúmulo de emociones que saltan a la luz en cada venezolano, en épocas donde tradicionalmente se estaría en familia, como diciembre. Por eso el siguiente cuento relata un poco todo lo explicado y me baso para eso en una historia real..
#067 - Tradiciones Navideñas Venezolanas - Hallacas
Buenas buenas. Bienvenidos a Español Con Todo, un podcast con curiosidades y temas interesantes para estudiantes de español, nivel intermedio-avanzado. La transcripción completa de este episodio, así como ejercícios de comprensión de lectura y gramática la podrás conseguir en espanolcontodo.com o en el link de la descripción.
>>> Clases de español como lengua extranjera con la profesora Luddey Florez las puedes tomar aquí.<<<
#067 - Tradiciones Navideñas Venezolanas - Hallacas | Podcast
Sabor a encuentro
Es domingo 4 de diciembre del 2022 a las 9:22 de la mañana y llegamos de la obligación dominical. Papá abre la puerta de la casa angosta y larga por donde entramos en el orden cronológico él, mamá, Fred, Yeinny de la mano de Daniel, yo quien entró con Rodrigo y por último César.
Nos recibe una combinación de olores, ollas de diferentes tamaños que están dispuestas en la cocina, preparaciones previamente hechas por mamá quien cocina todo antes para ganar tiempo. Sin ella nada de esto podría hacerse. A ella no le gusta mucho hacer ese plato, lleva mucho trabajo, y es cierto, pero siempre deja todo al punto y listo para que no falte nada, aunque en el armado ella no participe, ya lo hizo al principio.
Ya se había planeado, así que todos sabemos lo que hay que hacer. No es la primera vez que lo hacemos, pero siempre es diferente.
Pasamos cada uno a prepararnos: cambiarnos de ropa, lavarnos las manos, recogernos el cabello las mujeres, buscar los implementos los hombres y en ese patio interno, donde una sábila robusta y verde se asolea y 2 cambures se observan abandonados, comienza a aparecer el “parapeto”, una mesa improvisada que se convierte en un gran mesón en donde se empiezan a depositar los ingredientes de un plato que para los venezolanos es llamado de hallacas, para los colombianos de tamales, pero que para nosotros es un pedacito de todos y cada uno. Con esta actividad se inicia la navidad en esta casa, la reunión familiar para hacer los tamales venezolanos.
Papá limpia y quema las hojas de plátano que envolverán el plato navideño, luego con Daniel el yerno australiano, preparan la masa con el caldo de pollo y la carne cocinada. En la mesa comienzan a aparecer en tazones diferentes: costillas de res doradas, porciones de pollo cocinado, tocino brillante recién salido de la olla, ruedas de cebolla perfectas cortadas por el nuevo integrante, el chef, el del país del canguro, quien es observado por algunos integrantes de la familia para conocer su comportamiento en el dia planeado.
Daniel tiene mucha experiencia en cocinas, cocinero profesional, se pensaría que nada en un espacio mágico como ese lo sorprendería, acostumbrado a hacer costillas de canguro en asados, tazones de ensaladas, carnes, comidas en cantidad para mucha gente desconocida, pero ocurre todo lo contrario. Él se maravilla de todo lo que ha cocinado la suegra desde la noche anterior, y abre una y otra vez la boca y entorna los ojos cuando nota que hay comida en diferentes recipientes para un solo plato, mira a Yeinny cada 7 segundos y siempre exclama algo en inglés, porque no sabe nada de español, pero se le escucha frecuentemente un Good! o un Amazing! hasta un Awesome!
Rodrigo sonríe grande como contagiado por la alegría del nuevo integrante, y detrás o al lado de Daniel, Fred que no sabe inglés pregunta a cualquiera de nosotros: ¿qué dijo qué dijo? como si su vida dependiera de saber que expresó el nuevo cuñado, pero solo legítima curiosidad y después de saciado el interés, sonríe orgulloso como un padre cuando el hijo gana una competencia y él fuera él que lo hubiera entrenado.
En el parapeto llegan pimentón en tiras, zanahorias crudas y huevos cocidos, redondos y todo queda en el centro del mesón como si de un ritual se tratara, empiezan todos a rendir tributo a la hecha del plato que marca el inicio de la navidad.
Rodrigo no es nuevo en la experiencia, aunque él también es de otro país. Pero en Brasil no hay nada cercano a esto, ellos en diciembre no se complican, o sí, pero de un modo diferente, Natal: navidad en portugués es sinónimo de asado, mucha cerveza y mucho calor, porque el gigante de Sudamérica vive su diciembre con más de 30 ° de temperatura.
Rodrigo ya conoce la laboriosa tarea, la vivió en el lugar de origen de la familia original, por eso no abre los ojos, no dice oooh! no se ve extasiado. En esa época de la primera vez de Rodrigo la vivenció con la misma o más emoción que ahora Daniel.
Rodrigo me dice en un momento que se me acerca: es diferente que la primera vez en Venezuela, ¿verdad?
Yo asiento con ternura mientras pienso, siempre es diferente. Porque cada uno de nosotros es diferente.
Rodrigo se acerca al cuñado y toma el teléfono de Fred, cada tanto toma algunas fotos de nosotros en posición incómoda, o descuidada mientras cumplimos nuestras labores. Algunos salen con boca abierta, ojos cerrados, y Yeinny o César a veces lo miran desconcertados y por momentos, molestos, porque para todos lo mejor de la foto es salir bonito, sino mejor borrarla.
Manos van y manos vienen sobre las hojas de plátano en el centro, no hay tambores ni fanfarria, todos nos concentramos, no porque vayamos a presentar una prueba importante pero sí porque cada integrante tiene una labor mínima pero trascendental: agregar el ingrediente asignado a esa masa que está sobre esa hoja de plátano embadurnada con aceite y onoto en donde se observa la masa explayada y un guiso generoso que es fundamental y aliado indiscutible en la base del platillo.
En el ambiente todo es algarabía, risas amplias y sonoras, chistes, con un fondo musical llamado gaita, donde el furro y la tambora son principales; desde los comienzos de la migración masiva venezolana este género musical se ha ido dando a conocer en otras tierras, pero no tanto como la arepa, la alegría del nacido en la tierra de Bolívar y su chamo vale.
Todos en la familia hablamos alto, así nos entendemos y, como si de un juego se tratara cada uno pone su ingrediente, Daniel que no le entiende a nadie, pero siempre sonríe, pone un trozo de pollito de un tamaño ni pequeño ni grande, Yeinny toma y agrega el tocino y la cebolla, siempre pendiente del proceso, y a veces con frases incisivas dirigidas a mí, me mira y dice: pon esta cebolla Lu, o una para el tamal y otra pa Lu y ríe franca, lo disfruta. Yo detesto la cebolla. Yeinny colabora y menciona al que o la que no esté atenta. Siempre ha sido ágil y colaboradora, pero sin dejar de lado lo mordaz y lo directa, las dos caras de una misma moneda.
Fred añade el huevo cocido, y de vez en cuando se come uno, yo le golpeo la mano, mientras le digo: ¡así no va a alcanzar! él solo se lleva el dedo índice a la boca mientras me invita a la complicidad y sonríe con picardía. Sonrió de vuelta. Él es el que mejor mantiene intacta la venezolanidad, la nutre desde el lugar de origen. A pesar de los dolores de patria es el mismo hombre jovial, ocurrente y amiguero siempre. Salió del país para el encuentro familiar y siento que fue una bocanada de aire fresco para él que siente que se ahoga. Porque así puede ser también el país, te alimenta, pero te asfixia con su situación actual.
Yo ocupo mi puesto, la que agrega la zanahoria, siempre en un número perfecto 2 o 3 de acuerdo al tamaño del círculo de vegetal, disfruto ver a cada uno frente al mesón haciendo algo que nos congrega, nos une y nos identifica. Intento recordarlos así con su peculiaridad y sonrío porque estoy ahí, sin más, sin menos.
Rodrigo colabora con el pimentón, pero solo se añade al final como si de la cereza en un pastel se tratara y en ese momento en un parpadeo ya está el primer tamal venezolano: transformados ingredientes por separado en una masa que contiene carnes, pimentón, cebollas, zanahorias y huevo, cada uno aporta su ingrediente y juntos la “crema y nata” construyen una experiencia familiar que nunca se lograría en un restaurante o en un hotel.
César que ocasionalmente toma otras fotos desde su súper y avanzado teléfono, siempre tan tecnológico, siempre tan ávido, abandona el aparato y toma la unión de todos, la mueve como si de un bebé se tratara y la acomoda con las manos rodeando las hojas para que nada quede fuera de lugar y facilite el cerrado. Maniobra y amarra con agilidad y maestría, la sella con un pábilo y las ordena una a una en columnas de cinco y cincuenta y cinco veces más lo hace, hasta que en la última le dicen:
- César marca diferente esa última que es para mi papá. ¡La más grande! Expresa Yeinny.
Papá sonríe satisfecho, pero no deja de mirar lo que quedó sobre el mesón. Coordina y habla alto, siempre ha sido así, y aunque los años han blanqueado toda su cabellera el vozarrón permanece y regaña si hay que hacerlo, porque si alguien no es capaz, él rápido vocifera: deje que lo hago yo mejor.
Así repetimos el proceso, como si de línea de producción se tratará, pero siempre con nuestras muestras de chistes, jolgorio y disfrute, no percibimos que oscurece y nos cae la noche en ese patio interno que se transforma de un simple lugar a un encuentro único y distinto de familias que son la misma, pero otras, porque sus vidas transcurren en otros lugares donde se hace vida el resto del año, pero que se revitaliza en estos encuentros en diciembre.
Al terminar la elaboración que se repite más de 50 veces, todos se toman fotos con las columnas de tamales, con orgullo, sonrisas y muchas emociones auténticas, de esas que se notan a través de ojos aguados y voces quebradas porque se logró juntos, porque el año pasado no se hicieron y el siguiente quien sabe. Porque la política nos ha desperdigado por el mundo, pero la cocina nos vuelve a unir.
Mientras, el reverbero hace su trabajo y de este modo hierve el agua en ese ollón del tamaño de un niño de 6 años. Papá y Fred depositan los tamales en ella y comienza el proceso de espera, durante ese tiempo, recoger recipientes, utensilios, cucharas, tenedores, servilletas, trapos de limpiar, se vuelve un huracán sobre el mesón, también está el que se queda pendiente de comerse lo que queda, de hacerse el loco o la loca e irse a descansar, y de ese modo, limpiar y lavar le corresponde más a algunos que a otros.
Se oye el sonido de la felicidad en esa olla, cuando vuelve a hervir largamente, esta vez con contenido. Y entonces, mientras Rodrigo se lamenta que una actividad como esta solo se hace una vez al año, otros agradecemos que ya el fruto de nuestro trabajo del día, salió de la olla con agua hirviendo en la que estuvo más de 20 minutos y hacemos fila para recibir de ese espacio humeante un tamal venezolano, nos sentamos en el mesón improvisado acompañados de la luz de la luna, a disfrutar el encuentro, a saborear la navidad.
🔴 BookCast 2 - Cultura:
🔴 Materiales exclusivos de cultura, história y curiosidades de Latinoamérica:
https://espanolcontodo.gumroad.com/
🔴 Todos los episodios gratuitos del Podcast Español Con Todo:
https://www.espanolcontodo.com/p/podcast-espanol-con-todo.html
Créditos
Presentación y texto: Luddey Flórez
Edición: Raul Lima
Edición: Raul Lima
Música de fondo
Real Estate Explainer Corporate - Notas de Sucesso
Home and Real-Estate Corporate - Notas de Sucesso
Corporate Aspirational Music (Business Presentation) - Notas de Sucesso
Business For Life (Optimistic Background) - Notas de Sucesso
Good Sales (Corporate, Business) - Notas de Sucesso
Autumn Background (Ambient, Motivational) - Notas de Sucesso
Uplifting Motivational Corporate - Notas de Sucesso
Tropical Background (Summer Corporate) - Notas de Sucesso
Comentarios
Publicar un comentario