Es trascendental conocer, identificar en nosotros mismos y reflexionar todo lo que escuches hoy en este episodio sobre cómo la inteligencia emocional puede favorecer el aprendizaje . ¿Te lo enseñan en la escuela? no siempre, ¿Lo vives a diario? totalmente, ¿Lo sabes manejar? Al final del episodio podrás tú mismo responder esto, así mismo, ver la imperiosa necesidad de saber gestionar las emociones en el aprendizaje y en la vida diaria. Comencemos. #066 - Cómo la inteligencia emocional puede favorecer el aprendizaje Buenas buenas. Bienvenidos a Español Con Todo, un podcast con curiosidades y temas interesantes para estudiantes de español, nivel intermedio-avanzado. La transcripción completa de este episodio, así como ejercícios de comprensión de lectura y gramática la podrás conseguir en espanolcontodo.com o en el link de la descripción. >>> Clases de español como lengua extranjera con la profesora Luddey Florez las puedes tomar aquí .<<< #066 - Cómo la in...
En el episodio
de hoy voy a leer tres fragmentos de la
exitosa novela La hija de la española escrita por Karina Sainz Borgo. Fue
publicada en marzo de 2019 y ha tenido una gran acogida entre los lectores.
Hola, bienvenidos a Español Con Todo, un podcast en español con transcripción de historias interesantes, sugerencias de libros, vocabulario y más. Estudiar español a nivel intermedio avanzado ahora es más fácil con nuestro podcast.
Aquí también podrás despejar dudas, para eso basta con escribirlas en los comentarios al final de la transcripción.
Edición: Raul Lima
Hola, bienvenidos a Español Con Todo, un podcast en español con transcripción de historias interesantes, sugerencias de libros, vocabulario y más. Estudiar español a nivel intermedio avanzado ahora es más fácil con nuestro podcast.
Aquí también podrás despejar dudas, para eso basta con escribirlas en los comentarios al final de la transcripción.
Transcripción - Novela La Hija de la Española
La novela la
hija de la española se basa en la historia de una mujer de Caracas, Venezuela, a
la que se le muere la madre en una ciudad convulsionada por la violencia de
dónde es imposible escapar, sin embargo descubre que su vecina ha muerto y
nuestra protagonista encuentra la concesión del pasaporte español de la
difunta.
A través de
una narrativa repleta de eventos, dentro de la novela podrás emocionarte a través de la obra pero,
al mismo tiempo cuestionarte procesos de vida y de la protagonista Adelaida.
Sin duda un tema nada fácil, porque además la autora recrea la situación política - social que se vive hoy en día en Venezuela, pero sin quedarse allí, porque la autora logrará trasladarte por diferentes vericuetos a situaciones inverosímiles pero que la autora aclara que no representan testimonio de algún suceso particular de la vida real.
Sin duda un tema nada fácil, porque además la autora recrea la situación política - social que se vive hoy en día en Venezuela, pero sin quedarse allí, porque la autora logrará trasladarte por diferentes vericuetos a situaciones inverosímiles pero que la autora aclara que no representan testimonio de algún suceso particular de la vida real.
Primer fragmento - página 68
Era mi quinta visita la panadería en tres
días, pero el panadero me trató como si nunca me hubiese visto. La harina no
había llegado, esa semana tampoco. Junto a mí dos mujeres cargaban bolsas que
sobrepasaban con creces la ración diaria de hambre por la que hacíamos largas
filas para después no conseguir ni siquiera una barra. Salieron con los panes
que otros por mucho esperar o madrugar no podrían llevar a sus casas.
Subi la
avenida Baralt pensando en las ranas blancas que se adherían como piedras a los
mosquiteros de la pensión de las Falcón, en Ocumare de la costa. Criaturas que
conservé en mi memoria como un mal recuerdo y que ahora resucitaban en mi mente
como eructos del corazón. Nos parecíamos, ellas y yo. Hembras de piel fea que desovan
en medio del ventarrón.
Llegué a la
puerta de mi casa arrastrando los pies. Giré la llave, pero la cerradura se
resistía. Empuje adelante y atrás. Sacudí el postigo, tiré de la manilla, insistí.
La cerradura tenía unos arañazos. La habían cambiado. Entonces vinieron
a mi mente las colchonetas, las noches de acampada, las motocicletas, los ataúdes,
los hematomas, las palizas con cubetas y palos. Una puya de miedo me atravesó y
caí en la cuenta de que ya era demasiado tarde. ¡La casa! Su único objetivo
había sido invadir todos y cada uno de los apartamentos del bloque. El grupo de
mujeres que desde días atrás permanecía en la plaza Miranda era, en realidad,
un comando de invasión. “¡Maldita sea!” me llevé la mano a la entrepierna.
Estaba húmeda. Intenté contener las gotas de orina y conservar la calma.
Segundo fragmento - Página 77
Me desperté
junto a la puerta de casa con un fuerte dolor de cabeza. No escuché nada. Ni un
paso o voz cercana. Las veinte familias que vivían en el edificio parecían
haber desaparecido. Mi bolso de mano estaba abierto junto a mis pies. Alguien
había robado lo poco que llevaba en él:
las llaves y mi teléfono. En el monedero aún conservaba mis documentos.
De los billetes, ni rastro. Sentí un sabor a metal en la boca. De la casa
provenía una música estridente y familiar. Era el reggaetón del cementerio, que
ahora sonaba en el interior de mi departamento como si de una pachanga de
barrio se tratara.
Me levanté con dificultad, dando tumbos en
aquel pasillo sin luz. Todo olía a sudor y basura. Llamé a la puerta. La música
sonaba tan fuerte que ni yo era capaz de percibir el sonido de mis nudillos.
Golpee de nuevo: Nada. Del otro lado escuchaba risas, un sonido de vasos y
cubiertos. Golpee todavía con más fuerza,.Abrió la misma mujer. Aún vestía la
blusa de mariposa monarca, ahora deformada sin gracia sobre su estómago. Todo
en ella resultaba excesivo: el tamaño de su cuerpo, su hedor a sudor y perfume barato.
la mandamasía que desprendía cada uno de sus músculos y sus gestos era casi
procaz.
Tercer fragmento - Página 104
El olor a
carne quemada comenzó a esparcirse en el aire.
Apretándome con sus piernas y sujetándome los brazos, el cazador sólo
intentaba mantenerme inmóvil. Redoblé mis esfuerzos, me sacudí, di patadas y
estiré el tronco hasta que conseguí zafar un brazo. Manoteé sin puntería, me
revolví. Al fin enganché su máscara con las uñas. Tiré con fuerza hasta dejar
su rostro descubierto. Él no se opuso, ni siquiera se resistió. Me dejó un instante, sin mover un solo
músculo del rostro. Si existía un Dios para los bribones se había puesto de mi
lado. Lo reconocí al instante. Era el hermano de Ana.
-¡Santiago!
Eres tú ¿verdad?
No contestó.
- Tu hermana te está buscando como loca.
- ¡Shhhhhhh!
¡Disimula y haz lo que yo te diga! Sigue dando golpes y resístete en todo
momento, ¿estamos? - Volvió a cubrirse el rostro con la máscara y se acercó a
mi oído.
- ¿ A qué lugar puedo llevarte para sacarte de
aquí?
- Justo al
bloque de edificios que hay detrás de ti, a menos de veinte metros.
Santiago me levantó del suelo a empujones,
exagerando y blandiendo con la mano una granada de gas lacrimógeno que reventó
muy cerca. A los pocos segundos, ya nadie podía vernos. Mientras, un enjambre de motorizados cruzaba
la avenida a toda velocidad vaciando los tambores de sus pistolas contra los
edificios, echamos a correr hacia el portal.
- Adiós - dijo cuando llegamos a la puerta.
Luego se dio la vuelta y comenzó a caminar
hacia la calle.
Me abalancé sobre él e intenté halarlo
rodeándole el cuello con un brazo. Santiago me apartó con un manotón.
- Métete en tu casa. Si quieres que te peguen
un tiro, tú misma, pero yo no me quiero morir. Cómo se den cuenta de que no te
he partido la cabeza al que le van a pegar el tiro es a mí.
Una nueva ráfaga
de disparos nos obligó a tumbarnos en el suelo.
- Por favor escúchame. Tu hermana te busca.
Tienes que llamarla ¡y si no lo haces tú, lo hago yo!.
- Como la llames, nos van a moler a todos. A
ella, a mí y hasta ti así que…
No pudo acabar la frase. Un chico se derrumbó a nuestros pies. No tenía más de diecisiete años. Cayó
empujado por la fuerza de una bomba lacrimógena que le reventó el pecho.
Pues bien
dicho todo esto, lo único que me queda es recordarte que si te gusto el
programa te suscribas a él (si aún no lo has hecho), desde la plataforma donde
estés escuchando.
O si no ya sabes
que siempre te recomiendo que te suscribas directamente al blog
espanolcontodo.com, sin la ñ, y así estarás al día de todos los contenidos de
este podcast.
Si quieres estudiar español con nativos ¡aquí tienes 10$ de parte de Español con Todo para ayudarte a empezar! Clique Aqui
Glosario
Ataudes: Plural de ataúd. Recipiente, generalmente de madera, usado para depositar un cadáver.
Blandiendo: Verbo blandir. Mover un objeto u arma de modo oscilatorio.
Bribones: Plural de bribón. Que engaña o comete artimañas. Pícaro.
Desovan: Verbo desovar. Acción de la hembra de un pez o anfibio que suelta sus huevos.
Granada: Pieza o proyectil que contiene material explosivo en su interior.
Hedor: Olor desagradable.
Pachanga: Fiesta popular, alboroto.
Postigo: Puerta que se asegura con una llave o cerradura.
Ráfaga: Grupo de proyectiles disparados rápidamente
Redoblé: Verbo redoblar. Repetir, volver a hacer algo.
Vericuetos: Plural de vericueto. Lugar difícil por donde se anda con dificultad.
Blandiendo: Verbo blandir. Mover un objeto u arma de modo oscilatorio.
Bribones: Plural de bribón. Que engaña o comete artimañas. Pícaro.
Desovan: Verbo desovar. Acción de la hembra de un pez o anfibio que suelta sus huevos.
Granada: Pieza o proyectil que contiene material explosivo en su interior.
Hedor: Olor desagradable.
Pachanga: Fiesta popular, alboroto.
Postigo: Puerta que se asegura con una llave o cerradura.
Ráfaga: Grupo de proyectiles disparados rápidamente
Redoblé: Verbo redoblar. Repetir, volver a hacer algo.
Vericuetos: Plural de vericueto. Lugar difícil por donde se anda con dificultad.
Zafar: Escaparse, soltarse, librarse de algo o alguien.
Créditos
Presentación y texto: Luddey FlórezEdición: Raul Lima
Comentarios
Publicar un comentario